Para Torres estas amenazas no eran
novedad, y como era costumbre siempre le había ido bien ignorándolas porque
nunca alguien las había cumplido. Conocido por ser uno de los periodistas más
honestos del pueblo parecía invencible, que no le temía a nada. La realidad era
bastante diferente, no porque tuviera miedo sino porque no era tan recto como
la gente pensaba. Los años y los golpes de la vida le habían demostrado que la
honradez era una virtud para débiles y que aquí se triunfaba aplastando a
otros. Muchos pregonan la importancia de las buenas virtudes, sin embargo,
nunca están dispuestos a recibir las consecuencias por ser los buenos. Aunque
él tampoco le gustaba ese papel, lo había aceptado porque el prestigio que
acarreaba eran recompensas irresistibles para cualquiera. Aceptaba casos que
requirieran de bastante dinero, cosas que fueran fáciles de descubrir y si se
hacían difíciles de algún modo, tenía diversos contactos que le ayudarían en el
asunto.
Todo fue distinto el día que aceptó el
caso de los Rodríguez, una familia adinerada que estaba siendo acusada de
lavado de activos y su misión era confirmar los muchos rumores que se formaron
alrededor de la familia. Su compañero le había advertido que no tomara el caso.
Lo que este no sabía era que él ya tenía todo resuelto, de algo servía
acostarse con la señora Rodríguez de vez en cuando. Al menos eso pensó hasta
que recibió el primer correo: Deja de buscar o lo lamentarás. Algo
simple y estúpido como para ser tomado en serio. Como era su costumbre, publicó
en primera plana los hallazgos preliminares de la investigación policiaca antes
que los agentes pudieran redactar las declaraciones, aplausos, agradecimientos,
todo marchaba bien como siempre. Hasta que recibió el segundo correo.
Te gusta publicar fotos secretas, ¿verdad?
¿Qué tal si jugamos al mismo juego? Adjunto estaba una foto de él compartiendo un beso con la señora Rodríguez.
Era increíble que le estuviera pasando aquello. Aún así, sabía que tenía
aliados que podían respaldarlo y otra vez ignoró la amenaza, siendo más
cuidadoso con encuentros entre amantes, y publicar la próxima historia. Más
aplausos y reconocimientos, seguidos de un nuevo correo que mostraba una foto
de su informante muero. Fue ahí cuando entró en pánico, uno de quienes lo
protegían ya no estaba y eso significaba que él quedaría vulnerable. Leyó las
letras pequeñas del sobre y entendió que debía hacer caso.
Se encontraba en el buzón con el sobre
lleno de billetes en mano. A punto de depositar el objeto escucho el cliqueo de
un arma. Tantos años haciendo este trabajo, debió suponer que esto sería una
trampa. El balazo fue imperceptible para los demás, o quizá decidieron
ignorarlo. Camino al hospital se dio cuenta que nadie le siguió, nadie le
visitó y nadie cubrió su accidente en ningún momento. Fue ahí cuando reaccionó
y se dio cuenta de la triste realidad.
Torres jamás había sido un respetado periodista, durante los años que estuvo trabajando en esta profesión nunca recibió el reconocimiento merecido y fue más bien objeto de burla al recibir historias de poca relevancia. Cuando decidió seguir un misterio por sí mismo, se encontró en esta precaria situación en la que fue acallado casi de inmediato. Y así Torres se convirtió en una noticia relevante cuando en el periódico local anunciaron su muerte, noticia que fue olvidad esa misma tarde.
Link del reto: https://www.literautas.com/es/blog/post-1295/ejercicio-de-escritura-el-sobre-misterioso/
Comentarios
Publicar un comentario