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Reto de escritura: Literautas. Ejercicio 13. El sobre misterioso.

Para Torres estas amenazas no eran novedad, y como era costumbre siempre le había ido bien ignorándolas porque nunca alguien las había cumplido. Conocido por ser uno de los periodistas más honestos del pueblo parecía invencible, que no le temía a nada. La realidad era bastante diferente, no porque tuviera miedo sino porque no era tan recto como la gente pensaba. Los años y los golpes de la vida le habían demostrado que la honradez era una virtud para débiles y que aquí se triunfaba aplastando a otros. Muchos pregonan la importancia de las buenas virtudes, sin embargo, nunca están dispuestos a recibir las consecuencias por ser los buenos. Aunque él tampoco le gustaba ese papel, lo había aceptado porque el prestigio que acarreaba eran recompensas irresistibles para cualquiera. Aceptaba casos que requirieran de bastante dinero, cosas que fueran fáciles de descubrir y si se hacían difíciles de algún modo, tenía diversos contactos que le ayudarían en el asunto. Todo fue distinto el día que
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Reto de escritura: Literautas. Ejercicio 12. Manzanas traigo.

  Cuando entró se dio cuenta que había una manzana sobre la mesa, creía que esas costumbres habían pasado de moda. Para ser su primer día de trabajo como maestra en la escuela no le estaba yendo tan mal como había pensado. Todos eran amables y atentos con ella, ningún niño le había causado problemas y sus compañeros de trabajo la trataban con respeto. Y ahí era donde radicaba el problema. Quienes estaban a su alrededor le habían advertido que no se dejara dominar por esos sentimientos, que el mundo no estaba en su contra, pero ella no podía evitar sentirse así. Sentía que la observaban todo el tiempo, esa amabilidad y atención eran parte de un plan de quienes querían secuestrarla y quitarle cualquier clase de información que tuviera en su mente. Desde muy pequeña se había sentido de esa forma, sus padres le dijeron que ignorara esos pensamientos y que se comportara de una manera más “normal”. Hasta ahora de adulta, lograba entender qué quisieron decir con aquello. Terminando la jor

Reto de escritura: Literautas. Ejercicio 11. El cadáver exquisito.

  "Pero el niño nunca volvió a querer con tanto ahínco el pecho de la madre, y, así, incluso aquella pequeña satisfacción le fue quitada." La Madre. (Pearl S. Buck) "Ah, ella terminó reconociendo que por lo general su conducta impulsiva estaba precedida por una sensación de insensibilidad o vacío". Desde el diván (Irvin D. Yalom) "Media hora después entró al baño, y el espejo le rectificó su borrachera". Cuentos para monstruos (Santiago Pedraza) María regresaba aturdida a su casa, tambaleando para no chocar con las cosas de la habitación a oscuras. Todo en su cabeza daba vueltas y su visión estaba borrosa, el único sonido que retumbaba entre el silencio era su risilla traviesa. Se recostó en el sillón para intentar apaciguar el huracán de emociones que estaba sintiendo. A punto de cerrar los ojos, sintió unas manos que viajaban desde sus piernas hasta reposar en sus caderas. Dichas manos colocaron sus extremidades inferiores encima de unos hombros ma

Reto de escritura: Literautas. Ejercicio 10. El narrador testigo.

  Camilo estaba contento porque sentía que hoy era su día de suerte. Se había levantado temprano para ir al banco y después acompañar a su novia Sara a la universidad a observar su simposio. Se puso feliz cuando vio que sólo había delante tres personas, por lo que el trámite no le tomaría mucho tiempo. “¡Manos arriba!” Una vez que Camilo escuchó el estruendo en la entrada del edificio y los gritos de los demás clientes, supo que hoy sería un desastre. Dos tipos enormes se acercaron a la fila y, con arma en mano, amenazaron tanto al personal como a los clientes. Uno de ellos los despojaba de sus pertenencias, mientras el otro se acercaba a la ventanilla de los empleados. La mujer que estaba antes que él, suplicaba que no la lastimaran, que tenía hijos que la esperaban. El atracador le gritó que se callara y después le golpeó con la culata de la pistola. Eso asustó más a los presentes. Llantos, ruegos, la angustia era latente por todo el lugar. Camilo cerró los ojos y empezó a reza

Reto de escritura: Literautas. Ejercicio 9. El narrador equisciente

  Carla rodó los ojos mientras seguía masticando, la discusión ya había tomado demasiado tiempo y ninguna de las dos partes quería ceder. Era un tema bastante tonto, a su parecer, para ella importaba poco el lugar donde educar a un niño, este demostraría ser buen estudiante así fuera a una escuela pública o privada. Todo demostraba que las partes afectadas pensaban diferente. Había comenzado con una pregunta sencilla: “¿Cómo le va al pequeño Pedro en su nueva escuela?”, seguido de “Miranda lo extraña bastante” y una pobre niña avergonzada por el comentario que hizo su madre. La otra pareja, a la defensiva desde el principio, aseguró que al niño le iba de maravilla, e insinuando que dicha escuela era mejor y no tenían que pagar cantidades exorbitantes por lo que recibían. Ronnie le había dicho que el señor este se había quedado sin trabajo hace un par de meses, pero, en pos de mantener las apariencias, daban a entender que no les afectaba el cambio de estilo de vida que presenciaban.

Reto de escritura: Literautas. Ejercicio 8. El narrador omnisciente.

Ana no podía creer lo que estaba viendo, ante ella se encontraba una figura de una mujer que había extrañado todo este tiempo. Lágrimas comenzaron a aparecer en sus ojos y su cuerpo comenzó a correr al encuentro de la señora quien, al voltear, la recibió con una enorme sonrisa. Estaba de vuelta con su abuela. ¿Cómo era posible? Había pasado ya dos años desde su muerte y aquí la tenía nuevamente a su lado. Se aferró a su cuerpo, aspirando su esencia, como si luego del abrazo volviera a desaparecer. Su cuerpo temblaba cuando se sintió correspondida ante el abrazo y comenzó a sollozar en el hombro de su querida abuela. –¡No me vuelvas a dejar, por favor! –Tranquila, hijita, aquí estoy. No me iré de tu lado. Así las lágrimas continuaron hasta que sintió una tranquilidad y seguridad de esa amada mujer.

Reto de escritura: Literautas. Ejercicio 7. El narrador omnisciente

  Buscó su música preferida en la laptop, necesitaba la inspiración adecuada para ponerse a escribir. Además, le desesperaba escuchar a su padre confundido. La paciencia nunca había sido una de sus virtudes y, para no estresar su propia mente, puso el volumen de los audífonos al máximo. A pesar de que quería concentrarse solo en escribir, su mente divagaba en varias cosas. Su madre, por ejemplo, quien siempre se tenía que “partir la espalda” para mantener su trabajo de docente. Era algo que detestaba bastante, deseaba encontrar un trabajo pronto, pero, al mismo tiempo, no quería responsabilizarse de las cosas. Sabía que estaba huyendo de lo que le correspondía hacer, sin embargo, lo haría el mayor tiempo posible. Por esa razón se refugiaba en las letras, a un mundo donde nadie más podía entrar y sólo era ella y las palabras. Tarareaba la canción mientras seguía escribiendo las primeras palabras que asaltaban su mente, era su costumbre, imaginar que tenía una maravillosa voz e impre